Las influencias de la década del 40 reflejan una colección femenina y extremadamente sofisticada.
Los trajes de dos piezas y la falda tubo ganan terreno en el vestuario urbano, presentados en variedad de géneros y texturas. Paralelamente, las extravagancias de los años 80 también dicen presente y se manifiestan en cortes rígidos de línea-T, géneros tecnológicos y prendas combinadas con encajes y cadenas.
Al mismo tiempo, las influencias medievales se interpretan a través de apliques y pecheras con tachas y pailletes.
La propuesta en sacones y tapados se multiplica con opciones tradicionales, cruzados de doble abotonadura, lisos, y tramados con terminaciones brillosas. Los abrigos con solapas amplias en tweed y géneros de sastrería tradicional definen el nuevo chic utilitario. La línea de camisas se mantiene como un básico indispensable y propone un look monocromático en blanco y negro.
La propuesta se amplía con opciones escocesas y estampas folk en gasas, voiles de algodón y satenes.
Los infaltables de la temporada:
- los blazers y blusas con hombreras en punta.
- el chaleco de piel de pelo largo.
- las remeras y cardigans en animal print.
Los colores para este invierno se vuelven cálidos: el colorado y el fucsia se tornan esenciales y se combinan con los clásicos negro, gris y crudo. Con una amplia variedad de azules, petróleo y violeta, la paleta se completa perfectamente.
Fuente: Markova
Los trajes de dos piezas y la falda tubo ganan terreno en el vestuario urbano, presentados en variedad de géneros y texturas. Paralelamente, las extravagancias de los años 80 también dicen presente y se manifiestan en cortes rígidos de línea-T, géneros tecnológicos y prendas combinadas con encajes y cadenas.
Al mismo tiempo, las influencias medievales se interpretan a través de apliques y pecheras con tachas y pailletes.
La propuesta en sacones y tapados se multiplica con opciones tradicionales, cruzados de doble abotonadura, lisos, y tramados con terminaciones brillosas. Los abrigos con solapas amplias en tweed y géneros de sastrería tradicional definen el nuevo chic utilitario. La línea de camisas se mantiene como un básico indispensable y propone un look monocromático en blanco y negro.
La propuesta se amplía con opciones escocesas y estampas folk en gasas, voiles de algodón y satenes.
Los infaltables de la temporada:
- los blazers y blusas con hombreras en punta.
- el chaleco de piel de pelo largo.
- las remeras y cardigans en animal print.
Los colores para este invierno se vuelven cálidos: el colorado y el fucsia se tornan esenciales y se combinan con los clásicos negro, gris y crudo. Con una amplia variedad de azules, petróleo y violeta, la paleta se completa perfectamente.
Fuente: Markova
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