
Si los objetos de bronce tienen polvo y les falta brillo (producto del paso del tiempo) lo ideal es sacarles el polvo primero con una franela bien limpia y luego pasarles una mezcla preparada con: jugo de limón, amoníaco y agua (un tercio de cada uno de estos elementos).
Dejar actuar durante unos minutos y luego frotarlo con un paño multiuso o una franela.
Vas a ir viendo como tu objeto de bronce recupera el brillo perdido.
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